Como seres humanos habitantes del luego argentino tenemos derechos y obligaciones constitutivas de nuestra convivencia ciudadana. Miles e importante serían enunciarlos. Pero algunos están al frente en el ámbito del ciberactivismo y se vienen debatiendo estos a partir de aplicación de la nueva Ley de Medios.
Con la proliferación de los medios electrónicos el derecho a estar informados e informar se diversifico y licuo canales sobrecargados de información tendenciosa a una economía capitalista (diarios, radio y TV) cerrada a unos pocos.
Esas nuevas tecnologías entregaron herramientas para que los ciudadanos con menos recursos retóricos o económicos pudieran publicitarse a través de su arte (escritura, diseño, pintura, fotografía)
Inmersos en estas nuevas vías de comunicación el rol del ciudadano políticamente militante es el de dar a conocer sus verdades comunales y replicar las verdades de sus compañeros lindantes a su comunidad. También involucrarse en movilizaciones que sean tendientes a profundizar un modelo inclusivo y de igualdad; que rompan esquemas dogmáticos que imposibilitan la libertad de pensamiento, que inconcientemente limitaron a las generaciones analógicas y hoy vienen a empujar a las generaciones digitales en la creación de nuevos dialectos, nuevas sociedades, nuevos tipos de relaciones, contratos, empresas y nuevas economías de Estado.